Un Nuevo Relacionamiento Comunitario

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* Por Ximena Jara (Directora de Factor Crítico) y Francisco Bascur (Director de B. Consultoría)

El COVID 19 vino a cambiar radicalmente nuestro escenario. En materia de salud y economía, desde luego, pero también en aspectos como el educativo, el comercial y en el modo en que nos relacionamos. Las prácticas de acercamiento social serán distintas a partir de esta crisis, y ese cambio será definitivo. Nos podemos quedar con las mismas prácticas de siempre o ver, en esta incertidumbre, una opción de mejorar y observar más allá.

Para el sector privado, y particularmente para quienes invierten en un territorio determinado y deben cumplir con la ley ambiental en sus distintas etapas (estudios previos, construcción y operación), el desafío será enorme. Hasta antes de la pandemia, el Relacionamiento Comunitario (RRCC), implicaba mucho trabajo en terreno, cara a cara, con reuniones grupales, entre una serie de actividades de generación confianza para hacer de un proyecto un espacio consensuado, que no sólo beneficie a quienes invierten, sino también a los vecinos, apuntando a un desarrollo sostenible efectivo.

Esa forma de hacer RRCC hoy debe repensarse con agilidad de corto plazo, pero también con perspectiva de largo plazo. Y para ello, es indispensable innovar. La tecnología será la herramienta clave en esta transformación, y ello implica que esas tecnologías no solo deben estar al alcance de todos/as, sino también deben ser manejadas universalmente.

Si ya no podemos hacer reuniones presenciales y necesitamos informar, dialogar y profundizar el proyecto que la empresa quiere desarrollar en un sector, la misma empresa deberá disponer de tecnología (equipos celulares y conexión a internet) para esa comunidad y sus principales líderes, de manera de tener el piso básico para iniciar el proceso o continuar con lo que ya se había avanzado. Hay comunidades en las que, además, la alfabetización digital será una tarea básica para avanzar en esta nueva forma de relacionarse que, a la larga, bajará los costos de operación.

Este escenario de cambio es una oportunidad para ampliar el enfoque, es decir, desarrollar un método que nos permita actuar de manera sistémica, es decir, impulsando un Relacionamiento Comunitario Digital, que nos permite no perder la relación social, y que además nos abriría otras posibilidades de comunicación que van a requerir creatividad y vinculación con distintas plataformas mediales que complementen nuestro trabajo.

El RRCC Digital tendrá que ir de la mano con las Redes Sociales que usan las comunidades,además de una relación renovada y con pertinencia local con los medios de comunicación de la zona (Radios y Tv), de tal manera de configurar relatos que fortalezcan esa nueva manera de hacer Comunidad. El espacio de diálogo será diverso, y la estrategia de RRCC tendrá que ir en concordancia con la estrategia de comunicaciones.

Ello implica, por cierto, mucho más que tecnología y despliegue, porque no se trata solo de volúmenes o de canales de comunicación. Se trata, sobre todo, de coherencia, pues, ante diversas comunidades, las empresas deberán desarrollar líneas coherentes de relato y de trato, sin fisuras identitarias ni relacionales, con una alta precisión en los mensajes que permitan la construcción de confianzas y de conversaciones de calidad que requiere todo relacionamiento comunitario.

Este es el aprendizaje de los diversos actores al que estamos confrontados hoy, y a toda velocidad. En este nuevo escenario, y sobre la marcha, estamos obligados a planificar no la solo los propósitos, sino también el guión y los lenguajes de cada obra en la que estemos participando.

En la riqueza metodológica, la creatividad y la capacidad de entroncar con las dinámicas más cotidianas de las comunidades, deberemos buscar las respuestas que este nuevo contexto nos está exigiendo.

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